Te he envuelto mis pedacitos de realidad en papel de caramelo, de ese de colores brillantes, para que los desenvuelvas con cuidado y los saborees a tu gusto... disfrútalos.

domingo, 6 de febrero de 2011

La voz de Tom Waits desgarra el ambiente y un piano le sigue el ritmo muy bajito, dos pasos por detrás, como la concubina a su emperador. Tom no parece darse cuenta y le susurra al micrófono que "aquellos fueron días de rosas, poesía y prosa". Dice que todavía la quiere. Desesperadamente. Eso último no lo dice, pero suspira al cantar y eso sólo lo hacen los amantes desesperados. Esos que han construido imperios en el espacio entre estrofa y estrofa en honor a una sonrisa.
El cigarro se consume en el cenicero. El agua de la bañera se queda fría. Ojalá hubiese compuesto algo realmente bueno. Está pegajoso. Ojalá no hubiese hecho esa estupidez en la bañera. Una sobredosis a lo Hendrix, Morrison o como Janis. Un tiro como Kurt. Limpio y digno. Una lástima esa tendencia casi enfermiza a los gestos dramáticos. Ser un músico fracasado no es ni la mitad de poético que en las películas, por mucho que uno se empeñe. El final de Jayne's blue wish suena fúnebre y sencillo. Es como si estuviese preparado y la verdad es que lo está, pero pensar que es cosa del destino le ayuda con la espera hasta el momento de traspasar la frontera de lo imposible.
Will there ever be a tree sown grown from the seeds I've?

2 comentarios:

Marie dijo...

Qué voy a decir de esta espectacular composición.


Me encanta. Y me encanta el frío. Y las bañeras frías llenas de sangre. Y el melodrama.

Favio dijo...

como dice la canción:
el final..
llega la despedida pero sigue la vida..


los finales todos todos son dramáticos, tal vez sean violentos y más tranquilos pero al fin y al cabo son el único e irrepetible final..
(Favio encantado del texto)
=D